Estoy sedienta después de haber pasado tanto tiempo volando. Desde el cielo veo un claro en el bosque presidido por un gran lago, el lugar perfecto para beber un poco de agua y descansar. Mientras empiezo el descenso veo que algo se mueve entre los arbustos en la linde del bosque. Consigo adivinar que se trata de un rallón, sin pensarlo me lanzó en picado, el trago de agua puede esperar, no tengo intención de dejar escapar ese bocado tan tierno. Justo cuando clavo mis garras en él aparece quien deduzco que es su madre a toda velocidad dirigiéndose hacia nosotros cargada con sus colmillos. El rallón no hace más que gritar y hace que los pájaros salgan en bandada. Vaya escándalo. Mamá jabalí me enviste y a duras penas consigo esquivarla, no quería un enfrentamiento abierto de esta índole. Sólo quería comer algo, cosa que cada día se me hace más difícil por lo que veo. De entre los árboles aparece un humano a lomos de un caballo color castaño armado con un mandoble. Mamá jabalí está tan centrada en destrozarme que no repara en el jinete, así pues aprovechando que yo alzo el vuelo varios metros sobre el suelo, él asesta un certero golpe a la jabalí cayendo esta muerta en el acto. Todo pasa muy rápido. Desciendo en vuelo y remato el rallón que ya estaba mal herido.
– Estamos en paz amiga. –dice dirigiéndose a mi.
Recoge la presa cargandola en el caballo mientras yo comienzo a comer.
– Al parecer formamos un gran equipo y al menos hoy comeremos los dos.
Acto seguido monta y se marcha por donde había venido. Era el mismo humano que salvé de aquel oso. A eso se refería con “estamos en paz”. Trato hecho humano, ve con cuidado. Gracias.
¡Que bien! Canarios al poder! ^^ Muy buena imaginación,gran post y fantástico blog el tuyo.Toda la suerte del mundo! 😉
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Muchas gracias, un abrazo y mucha suerte para ti también 😉
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