Y allí me encontraba, postrado ante mi Rey, acababa de recibir la orden de abandonar mi casa, mi tierra, mis conocidos y seres queridos, y a él, al Rey, a mi compañero de juegos y aventuras cuando éramos pequeños, a quien me sacaba de apuros cuando hacíamos cosas de críos, que a cualquier otro, le habrían cortado la mano o el pie o la lengua, le debo la vida, muchas vidas y ahora, es hora de saldar parte de esa impagable deuda. Fom es su nombre, Rey de una remota región nórdica, abundante en muchos sentidos, lo que nos hace abundantemente apetecibles a ojos de nuestros enemigos. Es un Rey bueno y amable, a la vez que justo y aguerrido. Llevare su amistad en mi corazón hasta el día de mi muerte, pues se, que el llevara la mía hasta el día de la suya. Me confía esta ardua tarea, pues no puede confiar en nadie más para llevarla a cabo, misión diplomática, de riesgo, riesgo a entregar el mensaje equivocado a la persona equivocada. Sólo a mi. Mí nombre es Rolf.
-Víctor M. Vera Almazán-
que paz me produjo leerlo
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Muchas gracias Samantha… espero que te vaya gustando la historia, tanto Arys como Rolf luchan en el mismo bando. Un abrazo.
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